Pude apreciar el quiebre producto del cambio. O quizás más bien, producto de la realidad misma ya ahora vista con luz, sin bruma, sin espejos.

Ahora mientras lo leo, lo pienso y lo reescribo, se me revuelve el estómago.

Pero se me revuelve por lo fácil que es la indiferencia y quizás, ese fue mi mayor quiebre. Tener esa idea que el bien y el mal son distinguibles, que tendemos al "bien" a no hacerle daño al otro, a proteger al otro, que estamos para cuidarnos y no para exterminarnos. Pero ver la facilidad de la indiferencia, de ese mal pasivo, me impactó más de lo esperado. Nos tenía más fe.

El ver esta realidad dura, en donde prima la hipocresiía y la performatividad, donde las consas dicen ser algo que no son y son algo que ocultan.

Este relato de la realidad es lo que algunos han denominado como hiper realidad, en donde la realidad material cotidiana, el día a día, no construyen el relato, sino que mas bien existe un relato que busca moldear la realidad material y esconder el relato cotidiano, un relato más veraz en comparación con la realidad material compartida.

Y cuando ese relato empieza a resquebrajarse, se comienza a desmoronar, hay un proceso de pérdida, de la tristeza de quizás entender y ver, que esas pretensiones de protección de lo humano, de lo que se supone que es la humanidad, no son más que actos performativos dado que el valor de lo humano se mide en color de piel y ubicación geográfica.

Y el quiebre son historias de horror.

Horrores los cuales escapan de la imaginación. Esos horrores que uno diría medievales, victorianos, de otras epocas, no de la civilización y del siglo 21.

Recuerdo el 07 de octubre de 2023 ver la noticia de "los horrores" del "islamismo radical" y que habían muchas cosas que no calzaban necesariamente con los conocimientos previos, porque yo sabía ya y entendía que Gaza era virtualmente una cárcel, pero a cielo abierto. El mismo principio que una "reserva indígena" pero hecho una ciudad hiperconcentrada de personas desplazadas de sus alrrededores y arrinconadas en un solo espacio.

Suena a colonialismo.

Pero todo era extraño respecto a la historia, la fiesta en un lugar, claramente poco apropiado a lo menos; el ingreso de los "militantes", el nivel de destrucción.

Cómo un puñado de combatientes logran eso, en contra de quienes se han autodenominado la unica democracia de oriente pero además, de ser una fortaleza indestructible...raro.

Pero más allá de esas sospechas, no hubo más porque había cosas más importantes de las cuales preocuparse. Un trabajo importante con altos cargos, el inicio de la tan postergada práctica, el trabajo cotidiano de continuar respondiendo correos siempre importantes, siempre urgentes y nunca con vuelta de carta. El tiempo sigue avanznado y bueno, un evento aislado más.

Pero que tan aislado era, si hacía unos meses la periodista Shireen Abu Akleh había muerto, en principio bajo circunstancias sospechosas, en manos de jihadistas, después la verdad del francotirador israelí salió a la luz y no causó ni una indignación, ni una palabra más.

Nuevamente un signo de alerta ignorado. Cómo ignorar ese hecho, cuando en la guerra ucraniana el periodismo había sacado la voz y transmitido 24/07 sobre hasta el dolor de guata que podría haber sentido un periodista por culpa de los rusos. PORQUE HAY SILENCIO? Y en ese momento, aún no pensaba realmente en complicidad de los medios, quizás si, respecto a otras cosas, pero sobre Shireen, solo asumí inocentemente que fue un error periodistico porque ahora era un tema de violencia estatal, pero en Irán con la muerte de la joven Mahsa Amini fue noticia y comentario obligado durante meses.

Esa hopocresía si es transparente.

Y fui una enajenada durante casi un mes

Y la culpa me carcome un poco por esos días de indiferencia. Lo poco que ví esos días, inmediatamente recordé las imágenes de Siria.

Fue el 04 de noviembre cuando, superado el impase del exceso de la vida laboral, una parte del trabajo terminada ese sábado, lista para el lunes partir a tribunales por la práctica y continuando a la espera de correos que jamás iban a llegar, me puse al día con el mundo.

Y me sumergí por completo en despegarme de la realidad propia que me tenía consumida y contemplar el bosque, que esta vez, está lleno de sangre. Cuerpos. Gritos. En qué momento un secuestro y un ataque pasó a esta carnicería inmoral.

Ah no, no es inmoral. Es una respuesta, una defensa, en contra de los violadores, destructores, asesinos, hornea guaguas decapitadas y secuestradores de pobres soldados. Está bien. Quizás un poco exagerado y desmedido, pero es una respuesta adecuada en contra de las bestias, los sub humanos.

No que todos podíamos distinguir mas o menos el bien del mal y teníamos una brújula moral compartida? Como alguien puede considerar ese nivel de salvajismo contra civiles es aceptable.

Cómo podemos simplemente creer en un estado, que ha sido declarado como ocupante por el derecho internacional, por sus organismos y que ya ha tenido comportamientos similares en el pasado esté pretendiendo que lo que vemos es defensa, cuando es claramente masacre.

Muchas cosas me quitaron el sueño esos días. Pero en especial, fue el video de un niño, 10 años, quizás mas, con el cuerpo marchito en carne viva. El fosforo blanco. Su cuerpo apenas se movía al respirar, con respiración entrecortada, su estómago se inflaba en cada inhalación y bajaba con las palabras que como susurro salían de su boca. Esa mirada perdida de quien mira sin mirar, mientras intenta mover sus manos y respira, exhala "Lā 'ilāha 'illā-llāhu" y mientras apunta al cielo con su índice, ya no hay nada más que un borbotón de sangre y un cuerpo que se apaga.

Hasta ese momento pensé que Siria había dejado cicatrices imborrables respecto a la violencia de la guerra. También pensé que era Al Assad quien gustaba usar fosforo blanco en la población civil, un dictador malvado, no la única democracia del medio oriente.

Verdad, lo olvidé. Fueron los mismos combatienes los que atacaron a los civiles. Igual que Al Assad. Tantas cosas de las que se prentenden culpar al pobre estado ocupante israelí. Porque ellos no tienen nada que ver con Al Assad, nada que ver con ISIS y el fósforo blanco ni con intereses de control sobre Siria para desarmar el axis de resistencia y cortar el suministro a los grupos de resistencia libaneses y palestinos. Igual que la caída de Al Assad fue producto de una revolución Siria popular y no un golpe de estado financiado por occidente y ejecutado por, literal ISIS (HTS).

No creí que despues de esos días pudiese haber algo peor. Los gritos, la sangre, los cuerpos, la muerte, el dolor humano respecto al horror no de la muerte misma, si no que de la tortura previa.

Pero en esta oportunidad me sorprendió el silencio. Con Rusia y Ucrania frescos y la cobertura que se le dio a esto, imaginaba que sería algo similar, pero había días que ni actualizaban, ni nota de palestina. Cómo nadie estaba cubriendo algo que estábamis viendo con nuestros propios ojos, escuchando, leyendo.

Cómo es que nadie cubre y honra a quienes están grabando su propia muerte y la matanza de su pueblo. Cómo la muerte de esos niños puede ser silenciosa. Una vida prescindible.

Pero el quiebre definitivo llegó a fines de noviembre, con el caso de los recién nacidos prematuros en la sala de neonatología. Ver la súplica del personal de salud para que los bebes fueran protegidos, la mentira de los israelíes respecto al traslado y protección de los recién nacidos prematuros y después del bombardeo y ocupación del Hospital Al-Nasr, los cuerpos.

Oh dios, los cuerpos

Creo que lo más terrible es imaginar esas últimas horas, días, de desorientación absoluta, de frío, de ahogo, de abandono. De gritar hasta quedar sin aire sin respuesta entre el aire pesado a polvo y polvora.

Es haber tenido la mala suerte de nacer en un mundo hostil, tan hostil que en la indefensión máxima, te han abandonado. Abandonado a la muerte. A esa muerte que rodea todo, porque no quedó nada. A ese silencio profundo y pesado de los lugares donde hubo vida, al olor de la sangre y la descomposición, rodeados de muerte desde el inicio al final de sus días.

Su corta vida fue un breve destello en medio del sufrimiento, culminada con horror.

Cómo habrán estado de frío, de soledad, agotados del llanto, con hambre, con sed, solos, escuchando a lo lejos los gritos ahogados, los estruendos, hasta que sus pequeños cuerpos y las máquinas que les mantienen dejan de funcionar.

Ese fue su breve paso por esta vida, por este planeta, esa fue su experiencia humana.

Y eso

ESO

Me quebró de forma irreparable.

Nunca voy a volver a ser quien era, ni a ver el mundo de la misma forma sabiendo que hoy aún es posible hacerle eso a otro ser.

Como si hubiesemos aprendido algo de los horrores del pasado.

Poco sabía yo en ese momento, que ese sería el primero de muchos quiebres, de muchos horrores, de muchas pequeñas muertes, de muescas en el alma, porque el horror, de alguna forma, solo continuó y EMPEORÓ.

Cómo puede uno ocpuarse de lo cotidiano, cuando al otro lado del mundo, a un hermano humano lo queman vivo en una cama de hospital? Cómo puedo ocuparme de niños que sufren violencia en mi país, cuando al otro lado del mundo los padres ruegan por encontrar la mayor cantidad de partes de sus hijos o los recuperan enteros pero como muñecas de trapo inertes.

Las contradicciones de una realidad quebrada.